viernes, 23 de marzo de 2012

PEZ LEON

El pez león puede alcanzar una talla de hasta 40 centímetros, es de hábitos nocturnos fundamentalmente, habita en arrecifes coralinos aunque en Cuba también vive en lagunas costeras de poca profundidad, manglares, esteros y playas.
La coloración a rayas que le caracteriza le permite pasar fácilmente inadvertido, por lo que representa un riesgo para los buzos y nadadores como consecuencia del veneno que puede inocular a través de sus largas aletas huecas en caso de que una persona sea pinchada por éste.
 El pez león presenta una glándula venenosa en la base de cada espina de sus aletas dorsal, pélvicas y anal. Las lesiones provocadas por el contacto con las espinas del pez león, aunque son relativamente indoloras al principio, son extremadamente dolorosas después de un rato, dependiendo de la cantidad de veneno recibida, el lugar de contacto y el sistema inmune de la víctima .
Los síntomas por infección causada por el pez león pueden incluir inflamación, enrojecimiento, sangrado, náuseas, entumecimiento, dolor en las articulaciones, ansiedad, cefalea, confusión, mareo, parálisis en las extremidades, convulsiones, así como efectos cardiovasculares
A pesar del peligro que significa para los humanos una herida, estudios científicos indican que el veneno del pez león produce efectos antitumoral, hepatoprotector y antimetastásico en ratones, lo cual puede ser prometedor para las investigaciones sobre el cáncer.
En función de estas investigaciones y la consiguiente demanda de veneno, se podría potenciar su pesca, lo que unido a la exquisitez de su carne, podrían convertirse en elementos reguladores de su presencia en nuestros mares.

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